martes, 1 de septiembre de 2015

Porque perdí a mi mejor amiga.

Fue en año nuevo, tenía 20 años y tomé un poco.
Había llegado hace poco y la vida había avanzado sin mi, todos seguían sus vidas. Mientras yo la había seguido en otro lugar al que pensé no volvería. Volví tan diferente y elevada, pensaba que había vivido una experiencia reveladora y sentía que nadie me entendía ni estaba en la misma sintonía.
Fue simple, no aguanté. Hay personalidades que aguantas porque quieres, y la quería; la aguanté. Es entendible con ella había pasado los mejores momentos de mi juventud/adolescencia. Pero ella cambio, y no es que haya dejado de ser ella. Solo que la conocí con ropa ancha, poco o mucho maquillaje segun el área. Ella no sabía de bases. Una vez me habló mal y nunca más hasta esa noche. Me hecho y le dije que no podía aguantar su actitud y es que a caso haberme ido significaba que al volver tenía que aguantarla (pregunta). Yo creí que no, y lo sigo pensando, nunca lo había aguantado, no tenía que ser diferente.
No la extraño mucho porque conocí otras amistades, no me extraña por lo mismo. No me arrepiento, tal vez de haberle hablado porque no creo que haya sido muy positivo, no ha cambiado. Es como cuando estás en una relación tortuosa porque te dañan de alguna forma (emocional, física, etc...), cuando te sales cuesta, una vez fuera te alegras. Y me alegra alejarme de personas que poco o nada tienen en común con uno. Prefiero no pelear con ella y con nadie, prefiero alejarme. Que esté ahí en mi vida está bien, pero no más cerca.

Ella creció, yo también. Por caminos muy distintos.